Procure no decirle a sus hijos/as cosas que le puedan producir miedo, como es el asustarlos con otras personas que le harán algo si no les hace caso en un momento determinado, con peligros constantes en su vida que hacen que se vuelvan temerosos para todo. Así, la obediencia que consigue de ellos/ellas, es sólo por miedo o temor a la consecuencia por su comportamiento.

Controle los ratos en los que le permite ver la televisión, el tipo de programa que ve, acompáñelo/la para explicarle, en caso de dudas o de no entender, lo que mira. Recuerde que lo desconocido da miedo.

Cuando su hijo/a sienta miedo a algo o a alguien, sin más, hable con él/ella para entender los motivos y poder solucionarlo. Algunos temores pueden superarlos hablando y comprendiendo la situación pero en otras ocasiones, es conveniente contar con un especialista.

Es verdad que en ocasiones deben ser conscientes de ciertos peligros, pero hasta los 10 años, es usted, los familiares y las personas cercanas, los máximos responsables de su seguridad.