Los/as niño/as de pequeños/as no son mentirosos/as, pero a medida que crecen se inventan cosas a modo de juego, debido a que suelen ser más imaginativos que los adultos, e incluso en ocasiones, utilizan esa fantasía para adornar y cambiar la realidad que viven.
Esto no es malo, pero deben explicarles que no resulta práctico vivir falseando las cosas o engañando a la gente.
Al crecer, los/as niños/as al igual que las personas adultas, utilizan las mentiras como recurso para quedar bien o salir del paso sin tener que dar muchas explicaciones.
Por ello, no le enseñe a decir mentiras aunque sean inocentes o le hagan gracia; y lo más importante, nunca mienta a su hijo/a porque le enseña a comportarse de igual manera.
Decir la verdad y explicar tanto las cosas como los hechos que pasan, en el día a día con claridad, evita que se creen comportamientos basados en la ambigüedad, en la ocultación de la información o en verdades a medias. |